¿He vuelto? Sí, puede que haya vuelto. Llevo tanto sin escribir por aquí que dudo mucho que todavía haya gente que entre a leerme. Pero bueno, me apeteció volver a escribir. ¿Por qué he vuelto? Pues la verdad, entré para mirar la fecha del primer día que me acosté con Juan. Y la encontré: escribí sobre ello la mañana de 4 de julio (día del cumpleaños de mi madre), por lo tanto fue el día 3 de julio. O no, en realidad fue el 4 de julio, puesto que fue de madrugada. Sí, me quedaré con el 4 de julio que me será una fecha fácil de recordar. Lo habéis intuido, ¿verdad? ¡Sííí! ¡Seguimos juntos! Y según mis cálculos, poniendo el primer polvo como fecha de arranque, hoy llevamos seis meses y cuatro días. ¿Quién lo hubiera dicho?
Han sido muy duros estos meses que llevo sin contaros qué está siendo de mi vida. Cuando dejé de escribir acababa de dejar mi trabajo, tras varios meses sin cobrar, y estaba a punto de empezar en un nuevo proyecto. Pues desde entonces todo a ido a peor. Todo, excepto Juan, claro.
El nuevo trabajo está resultando cada día más decepcionante. Tengo un puesto de responsabilidad, sí, pero tengo un jefe irresponsable (por no añadir: inútil, inepto, parásito, vago e hijo de puta). Luego, tengo a mi cargo a tres trabajadoras, de las que sólo una tiene idea de en qué consiste el trabajo. De las otras dos, una es una niña mimada, sobrina de uno de los dueños, que cuando llegué pensaba que por estar enchufada podía hacer lo que le diera la gana. Eso sí, últimamente parece que va entrando en vereda, pero muy a trompicones. Y la otra... ¡qué cruz! Es una señora que está cerca de los 50 años, que no tiene ni idea de la profesión y que tampoco tiene intención alguna de saber, que es respondona, enterada y... ¡uff! Un horror...
Pero bueno, todo eso se supera mezclando la mano dura con la comprensión y la paciencia. Pero, lo del jefe... Eso sí que me supera. No tiene ni idea, se pasa el día dios sabe donde, no responde a las llamadas y cuando le molesto demasiado con cosas necesarias para el trabajo, reacciona como un sargento, con frases como "tranquilízate, es una orden" o amenazas de rebajarme en mi categoría o directamente echarme a la calle. Sé que no lo hará, porque no tiene narices para eso, pero la mitad de los días llego a casa amargada por eso.
Y aún así una tiene que sentirse afortunada porque al menos tiene trabajo (aunque por mucho puesto de responsabilidad que tenga, cobro menos que antes... eso sí, a primero de mes y puntualmente). El 90% de mis antiguos compañeros están en el paro. La empresa ha solicitado un concurso de acreedores y, después de meses de huelgas y protestas, la mayoría ha conseguido un despido negociado con la empresa, para al menos cobrar el paro, pero siguen debiéndonos los sueldos desde el mes de agosto.
Sólo unos pocos han logrado colocarse. Miriam, que fue la primera en salir, se marchó a una empresa que la despidió a los dos meses por reducción de personal... Un desastre. Mientras, Juan, por ejemplo, ha tenido que marcharse de la ciudad...
Ya lleva un mes allí... Y yo me estoy dejando el sueldo en billetes de avión para poder pasar algunos fines de semana con él. Eso sí, creo que cada día nos va mejor. La cosa ha ido avanzando bastante. Despacito, pero sin pausa. Al mes de salir yo de la empresa ya era casi totalmente oficial lo nuestro. Y hoy en día ya todo el mundo nos considera pareja oficialmente... Creo que incluso nosotros nos consideramos como tal...
Hemos tenido desencuentros, como los dolores de cabeza que me da su empecinamiento en no presentarme a sus amigos. Que digo yo que ya va siendo hora, pero él sigue empecinado en que "no quiere mezclar", en que "todavía es pronto", o en que quiere esperar a que yo sea "realmente yo" porque, dice, "quiero que te conozcan como tu eres de verdad"... Sigo preguntándome a qué se refiere exactamente.
Mientras, me esfuerzo a diario por ser mejor... Y no sé si eso es bueno o malo, la verdad. Ha conseguido que mantenga mi casa casi en orden diariamente, que me cuide la cara todos los días, que me arregle más... Y lo cierto es que me veo y me siento mejor, pero me asusta no saber si lo hago por mí o por él...
Quizás prefiero no pensarlo y simplemente disfrutar del momento.
¿Estoy bien? Supongo que sí, que en general estoy bien. Aunque no paso por mi mejor momento. Los problemas laborales acorralan mi estado de ánimo a diario. La lejanía de Juan no me deja disfrutar todo lo que quisiera de la vida. Y, para rematar, miro hacia delante y veo un 2009 muy muy negro, un año en el que tardarán mucho tiempo las cosas en estar como quisiera que estuvieran. Los problemas económicos siguen agobiándome, complicados por una racha de extrema mala suerte, en la que se me inundó la casa y me dieron un golpe en el coche nuevo, con lo que me esperan buenos desembolsos de dinero, en cuanto lo tenga, claro...
Pero, por muy negro que sea el camino, ya sabéis que soy optimista. O al menos lo intento. Ya aparecerá la luz al final del túnel. De momento, he conseguido algo que no veía posible el último día que escribí en este blog: estar bien con Juan, a gusto, tranquila y feliz.
¿Saben qué? Le quiero, ¿qué pasa?
Un beso, amigos, espero que nos sigamos leyendo. Prometo escribir de nuevo.
Gracias por leer y ¡Feliz 2009!
Han sido muy duros estos meses que llevo sin contaros qué está siendo de mi vida. Cuando dejé de escribir acababa de dejar mi trabajo, tras varios meses sin cobrar, y estaba a punto de empezar en un nuevo proyecto. Pues desde entonces todo a ido a peor. Todo, excepto Juan, claro.
El nuevo trabajo está resultando cada día más decepcionante. Tengo un puesto de responsabilidad, sí, pero tengo un jefe irresponsable (por no añadir: inútil, inepto, parásito, vago e hijo de puta). Luego, tengo a mi cargo a tres trabajadoras, de las que sólo una tiene idea de en qué consiste el trabajo. De las otras dos, una es una niña mimada, sobrina de uno de los dueños, que cuando llegué pensaba que por estar enchufada podía hacer lo que le diera la gana. Eso sí, últimamente parece que va entrando en vereda, pero muy a trompicones. Y la otra... ¡qué cruz! Es una señora que está cerca de los 50 años, que no tiene ni idea de la profesión y que tampoco tiene intención alguna de saber, que es respondona, enterada y... ¡uff! Un horror...
Pero bueno, todo eso se supera mezclando la mano dura con la comprensión y la paciencia. Pero, lo del jefe... Eso sí que me supera. No tiene ni idea, se pasa el día dios sabe donde, no responde a las llamadas y cuando le molesto demasiado con cosas necesarias para el trabajo, reacciona como un sargento, con frases como "tranquilízate, es una orden" o amenazas de rebajarme en mi categoría o directamente echarme a la calle. Sé que no lo hará, porque no tiene narices para eso, pero la mitad de los días llego a casa amargada por eso.
Y aún así una tiene que sentirse afortunada porque al menos tiene trabajo (aunque por mucho puesto de responsabilidad que tenga, cobro menos que antes... eso sí, a primero de mes y puntualmente). El 90% de mis antiguos compañeros están en el paro. La empresa ha solicitado un concurso de acreedores y, después de meses de huelgas y protestas, la mayoría ha conseguido un despido negociado con la empresa, para al menos cobrar el paro, pero siguen debiéndonos los sueldos desde el mes de agosto.
Sólo unos pocos han logrado colocarse. Miriam, que fue la primera en salir, se marchó a una empresa que la despidió a los dos meses por reducción de personal... Un desastre. Mientras, Juan, por ejemplo, ha tenido que marcharse de la ciudad...
Ya lleva un mes allí... Y yo me estoy dejando el sueldo en billetes de avión para poder pasar algunos fines de semana con él. Eso sí, creo que cada día nos va mejor. La cosa ha ido avanzando bastante. Despacito, pero sin pausa. Al mes de salir yo de la empresa ya era casi totalmente oficial lo nuestro. Y hoy en día ya todo el mundo nos considera pareja oficialmente... Creo que incluso nosotros nos consideramos como tal...
Hemos tenido desencuentros, como los dolores de cabeza que me da su empecinamiento en no presentarme a sus amigos. Que digo yo que ya va siendo hora, pero él sigue empecinado en que "no quiere mezclar", en que "todavía es pronto", o en que quiere esperar a que yo sea "realmente yo" porque, dice, "quiero que te conozcan como tu eres de verdad"... Sigo preguntándome a qué se refiere exactamente.
Mientras, me esfuerzo a diario por ser mejor... Y no sé si eso es bueno o malo, la verdad. Ha conseguido que mantenga mi casa casi en orden diariamente, que me cuide la cara todos los días, que me arregle más... Y lo cierto es que me veo y me siento mejor, pero me asusta no saber si lo hago por mí o por él...
Quizás prefiero no pensarlo y simplemente disfrutar del momento.
¿Estoy bien? Supongo que sí, que en general estoy bien. Aunque no paso por mi mejor momento. Los problemas laborales acorralan mi estado de ánimo a diario. La lejanía de Juan no me deja disfrutar todo lo que quisiera de la vida. Y, para rematar, miro hacia delante y veo un 2009 muy muy negro, un año en el que tardarán mucho tiempo las cosas en estar como quisiera que estuvieran. Los problemas económicos siguen agobiándome, complicados por una racha de extrema mala suerte, en la que se me inundó la casa y me dieron un golpe en el coche nuevo, con lo que me esperan buenos desembolsos de dinero, en cuanto lo tenga, claro...
Pero, por muy negro que sea el camino, ya sabéis que soy optimista. O al menos lo intento. Ya aparecerá la luz al final del túnel. De momento, he conseguido algo que no veía posible el último día que escribí en este blog: estar bien con Juan, a gusto, tranquila y feliz.
¿Saben qué? Le quiero, ¿qué pasa?
Un beso, amigos, espero que nos sigamos leyendo. Prometo escribir de nuevo.
Gracias por leer y ¡Feliz 2009!
Comentarios
Me alegro que con Juan esté la cosa bien, y vaya avanzando poco a poco, lo laboral es un gran problema, pero del que seguro que saldrás también a su tiempo.
Un besooo
Y feliz anoooo!!!
Como me parece de mala educación leer y no dejar un comentario, ea, aqui va.
Me alegro que al menos una parcela de tu vida vaya bien, y bueno, aunque el trabajo no sea lo que hubieras deseado, el que no se consuela es porque no quiere. Al menos tienes trabajo, tal como están las cosas hoy en dia, es algo muy importante.
Y sigue escribiendo más a menudo.
Muchos saludos!
Saludos!