Aquí estoy, con mi botella de ron, mi cocacola, mi hielo... Lista para una de las noches que más especiales he sentido en mi vida: La noche de San Juan, la noche de las brujas... Las brujas como yo... Es una broma que me gusta creerme. Eso de que soy un poco bruja, porque a veces siento el destino, porque a veces sé las cosas que van a pasar antes de que pasen... Eso sí, siempre he sido una bruja tonta incapaz de creerse sus propias predicciones y que no logra anticiparse a los acontecimientos como tales poderes me permitirían... Supongo que no soy muy buena bruja. Eso sí, esta noche haré mi aquelarre. Aunque sea prácticamente en solitario. Es curioso. Hace un año por estas fechas estaba a unos miles de kilómetros de aquí, en esa señorial ciudad que quiero y odio por igual. Por entonces, a esta hora, mi teléfono no paraba de sonar. Todos mis amigos me llamaban para decirme que me echaban de menos, que estaban en la playa quemando hogueras de San Juan, cantando, bebiendo, comiendo... Y
Hubo un tiempo en el que escribir era un juego, otro en el que fue terapia, muchos otros en los que era obligación... Hoy deseo que sea simplemente placer.