Esto del autoempleo está resultado, la verdad, una gran experiencia. No es perfecto. Nada en la vida lo es. Pero tiene sus partes agradables. De repente estoy disfrutando de nuevo de la tranquilidad de recorrer la red a diario para ver todo lo que se cuenta por ahí de unas y otras cosillas y eso es realmente gratificante. Menos grato es el entumecimiento que produce estar todo el día en casa. Pero supongo que eso cambiará en cuanto cierre un par de contratos y pueda abrir mi propia oficina. De momento, me conformo con desperezarme de vez en cuando dando un paseo por la calle, viendo tiendas o tomando un café al aire libre en la plazoleta cercana a casa. Hoy me siento bien. Ha sido un gran día. He cubierto prácticamente todos los objetivos que me había marcado y es muy reconfortante irse a la cama con la sensación de estar en el camino correcto. Espero no equivocarme y no encontrar en el camino piedras que no pueda saltar o sortear. Así que, ahí va un brindis con vino de la tierra de mi
Hubo un tiempo en el que escribir era un juego, otro en el que fue terapia, muchos otros en los que era obligación... Hoy deseo que sea simplemente placer.