Ir al contenido principal

Sin novedad

Pocas novedades puedo contarles sobre el día de hoy. Primer día de trabajo y lo más tranquilo que podría esperarse. Reencuentro con algunos contactos, colegas y amigos y poco más.

En la empresa, como era de esperar, el ambiente es denso, tenso, desganado... Con todos a la expectativa de lo que puedan decir desde la dirección en cuanto a la reducción de plantilla y de sueldos... Mañana por la tarde habrá una reunión de trabajadores para hablar del asunto, aunque dudo que pueda sacarse demasiado en claro de ello.

Yo podría hacer cosas: hablar con amigos sindicalistas, tratar de organizar el comité de empresa... Pero no me da la gana. Lo cierto es que ya no me apetece luchar ni un poco por esta empresa... Así que, nada, asistiré a la reunión con los brazos cruzados y trataré de no bostezar demasiado. En realidad, para mí, de poco servirá. Mi decisión está tomada: me voy. No sé a dónde, ni cuándo, ni cómo. Pero me voy. En cuanto consiga algo, me voy.

Sobre TS tampoco hay demasiada novedad. Hoy no nos hemos hablado prácticamente, ni creo que lo hagamos demasiado en el futuro. Creo que el muro de hormigón que he interpuesto entre nosotros es lo suficientemente duro y visible como para que ni se atreva a dirigirme la palabra. En resumen, hemos hablado de trabajo y poco más. Y con imposición por mi parte de mi superioridad en la empresa, estando de vacaciones la jefa del departamento, es a mí y sólo a mí a quien corresponde dirigirlo, y se lo he dejado claro desde el primer día. Trató de resistirse, pero al final entró por el aro y no se atrevió a rechistar. Ni que se le ocurra.

De resto, estoy únicamente a la espera de que vuelva Juan de vacaciones. Anoche me mandó un mensaje. Estaba de juerga en Dublín y me comentaba que se había dado cuenta de que este viaje en solitario que ha hecho supone un punto de inflexión en su vida, con adioses y holas a viejos y nuevos fantasmas. Me gustó. Le contesté que me alegraba mucho y que eso demostraba que era necesario hacer este viaje, al contrario de lo que él mismo pensaba cuando salió hacia Ginebra. Tengo tantas ganas de que vuelva...

Y nada, había quedado hoy para ver a Fanny, pero la he llamado y está con un gripazo tremendo y metida en la cama. Así que le he dado un toque a Loren y estoy a la espera de que me responda si se toma unas cañitas. También he quedado luego con un viejo amante, colega y amigo, Manuel Serín, a ver si le hago un poco la pelota para que me coloque en alguna otra empresa ya que él tiene bastantes contactos.

Y eso es todo por hoy. Voy a imprimir mi curriculum a ver si por la mañana puedo visitar un par de empresas y me voy a casa. Mañana será otro día.

Perdón por la tristeza.

Nos leemos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cumpleaños

Mañana de cumpleaños. ¿Qué he hecho? Levantarme a toda prisa detrás de Juan. Preparar dos tazas de café. Poner al fuego unos macarrones para que se los llevara en un tapper. Desayunar con él… Parecemos una pareja y todo. Sin embargo, no lo somos. Sigue dejándome claro que yo no soy la mujer de su vida. Que no soy lo que busca. Y yo simplemente me aguanto y me conformo con tenerle al menos de momento. Anoche dormí fatal. Probablemente porque me fui a la cama cabreada después de que Juan reconociera que le gusta Nora. ¡Le gusta Nora! Siempre ha hablado bastante mal de ella, de su prepotencia, de su extrema independencia… Ahora me doy cuenta, era despecho. Dice que “Nora no es una opción”, pero yo sé que, si no lo es, es porque ella no quiere. Estoy empezando a cansarme de que me destroce la autoestima, de sentir que no soy suficiente para él. Me recuerda Alberto. O peor, incluso. No es sano que me levante así el día de mi cumpleaños, mirándome con lupa en el espejo y acongoján

Se busca

Se busca hombre de entre 29 y 35 años, no demasiado alto ni demasiado bajo, preferiblemente moreno, agraciado, ni muy gordo ni muy flaco, preferiblemente fibroso, inteligente, con estudios superiores terminados, al que le guste extremadamente el sexo pero sepa ser fiel, que ame la cocina, que le guste limpiar, que no le moleste que su pareja no lo haga, que le gusten los animales, especialmente los gatos, que no tenga pareja y que no tenga miedo a tenerla, para mantener relación estable con una pelirroja, pecosa, bajita, de complexión normal, desastre en el hogar, adicta al trabajo, con estudios superiores y alto nivel de inglés, extremadamente buena en la cama (aunque esté mal decirlo), que adora los gatos y no podría vivir sin el shushi. ¿Algún candidato? Así me va, ¿verdad? jajaja Saludos amigos.

La señal

No sé si el destino existe, ni si existen las señales o los avisos del destino. Pero si existen lo de esta noche, sin duda, lo ha sido. Una señal enorme con luces de neón que reza en grande un mensaje muy claro: PARA. Primero, la romería, y aquel sentimiento de inferioridad, de verme en un lugar en el que no pinto nada y en el que no me apetece estar, con la única cosa en la cabeza de: “en cuanto esto acabe llamo a TS”. Luego su indiferencia al teléfono. Luego, el sentimiento de soledad y de “¿qué hago yo aquí?”. Y cogí el coche, con todo lo que había bebido, y me volví a la ciudad. Pero, en vez de irme a casa a dormir y olvidar, que es siempre la mejor terapia, decidí salir. Y decidí hacerlo con Eusebio y su mujer. Y ya sabía desde que iba saliendo que iba a volver a caer en el desastre. Y lo hice. Me tomé la primera raya de coca. Y ya sabía que esta vez no iba a ser como las caídas anteriores. Lo sabía y aún así no paré. Sabía que esta vez no iba a ser una y me olvidar