Dios, estoy muy loca. Lo sé. Salía de la oficina y Juan dijo que también se iba. Le dije bromeando que si me invitaba a cenar y me dijo que sí, que a dónde. Le contesté que a un japonés, pensando que diría que no y me dijo que vale. Y allá que nos fuimos. Cena japonesa con vino blanco y largas conversaciones. Y tras botella y media de vino... "¿Compramos una botella de ron y terminamos la charla en mi casa?" (Sí, soy un pendón). "Hecho".
Lo peor es que de camino a casa nos encontramos con mi jefe y nos vió la botella de ron en una bolsa...
Ya en casa cayeron un par de copas sentados en el sofá viejo de mi casa nueva. En un momento dado, no sé cómo, acabó sentado en mis rodillas. Y, mientras le contaba mi teoría sobre el color beig de las películas de Woody Allen, se avalanzó sobre mí y me besó.
No os imagináis lo raro que es hacer el amor en una cama hinchable...
Por la mañana salimos de casa y cada uno tiró por su lado.
Hoy, al llegar, TS me preguntó que qué había hecho anoche al final. "Nada, me fui a casa", contesté. Y me miró con mirada socarrona de incredulidad. "Vale, miento, me fui a cenar". "¿Con quién?". "Con alguien". "Aum". "Tenía ganas de japonés y ya que tú no me invitaste a cenar, encontré quién lo hiciera". Y otra mirada socarrona.
Me acerqué al containe de la basura para tirar el cigarro y cuando me di la vuelta había entrado en el portal. Entré y me esperaba de tras de la puerta. Me hizo cosquillas en la cintura y me volvió a preguntar. "¿Con quién?". "Con alguien, qué más da". Y subimos. "¿Y esta noche? ¿Fanjul?". "Ya veremos, pero creo que tengo competencia y ya sabes que a mí no me gusta competir". "No sé yo". "¿Me has visto competir alguna vez?". "Alguna vez". "Mentira". "Alguna vez". "Vete por ahí".
Aún no se ha percatado del moretón que traigo en el cuello... Veremos si lo ve...
Lo peor es que de camino a casa nos encontramos con mi jefe y nos vió la botella de ron en una bolsa...
Ya en casa cayeron un par de copas sentados en el sofá viejo de mi casa nueva. En un momento dado, no sé cómo, acabó sentado en mis rodillas. Y, mientras le contaba mi teoría sobre el color beig de las películas de Woody Allen, se avalanzó sobre mí y me besó.
No os imagináis lo raro que es hacer el amor en una cama hinchable...
Por la mañana salimos de casa y cada uno tiró por su lado.
Hoy, al llegar, TS me preguntó que qué había hecho anoche al final. "Nada, me fui a casa", contesté. Y me miró con mirada socarrona de incredulidad. "Vale, miento, me fui a cenar". "¿Con quién?". "Con alguien". "Aum". "Tenía ganas de japonés y ya que tú no me invitaste a cenar, encontré quién lo hiciera". Y otra mirada socarrona.
Me acerqué al containe de la basura para tirar el cigarro y cuando me di la vuelta había entrado en el portal. Entré y me esperaba de tras de la puerta. Me hizo cosquillas en la cintura y me volvió a preguntar. "¿Con quién?". "Con alguien, qué más da". Y subimos. "¿Y esta noche? ¿Fanjul?". "Ya veremos, pero creo que tengo competencia y ya sabes que a mí no me gusta competir". "No sé yo". "¿Me has visto competir alguna vez?". "Alguna vez". "Mentira". "Alguna vez". "Vete por ahí".
Aún no se ha percatado del moretón que traigo en el cuello... Veremos si lo ve...
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