Ir al contenido principal

Maratón de locuras

Vaya días... Llevo desde el miércoles sin escribir, porque mi vida ha sido absolutamente maratoniana desde entonces. Maratoniana y confusa, tanto como mi pequeña cabecita. A veces creo que sigo siendo una niña jugando a ser mayor, como cuando de pequeña me sentaba en la oficina de mi padre y hacía como que cogía el teléfono y tomaba notas en la agenda. Igual de inmadura e igual de ingenua y alocada me veo en estos momentos.

Pero bueno, empezaré por el jueves, ¿no?

♠ Jueves, una confesión a destiempo y un reencuentro inesperado.

Habíamos quedado, supuestamente, todos los de la oficina para salir esa noche, aprovechando que el festival de jazz estaba en el centro y que había sido el cumpleaños de TS como excusas. Desde por la mañana empezó TS a darme la barrila con si iba o no iba a salir. Y yo venga a darle largas. "No sé, ya veré, depende". "Pero ¿de qué depende?". "De cosas". "¿Qué cosas?". "Bueno, que ya veré, tú ve diciéndome quién va y yo ya veré". "¿Depende de quien vaya?". "Sí, puede". "Pero, ¿qué pasa? ¿Que te caen mal mis amigos?". "No, no todos, y mal tampoco, simplemente hay quien puede que no me cuadre". "Lo dices por la rubita". "Puede". "Depende de si va ella vas o no, ¿no?". "Puede ser". "Pues no lo entiendo". "¿Qué es lo que no entiendes?". "Que dependa de que vaya ella. ¿Ya nunca vas a venir si viene ella?". "Pues, no". "Pues no lo entiendo". "Pues no hay que ser muy inteligente para entenderlo". "Será que soy tonto". "Será eso". "¿Qué pasa Judi? No me digas que te pillaste". "Puede". "¿Te pillaste?" (cara de asombro). "Un poco, ¿por qué no?". "¿Y por qué no me lo habías dicho?". "¿Para qué querías que te lo dijera?". "Para tener más cuidado". "Eso hay que tenerlo siempre, pero vamos, que es asunto mío, mis sentimientos, mis problemas, no los tuyos". "Bueno". Y subimos sin hablar más del tema.

Luego por el Skype le pregunté si realmente no se había dado cuenta. Me contestó que yo siempre lo había negado y que él había confiado en mi palabra.

Más tarde, antes de irse, quedó en avisar para la quedada en el centro de quien iba. Al final, lo de la salida general de la gente de la oficina se quedó en lo de siempre. Esto es, salimos cuatro. Yo al salir me encontré con Míriam que estaba esperando por Rober para ir a tomar algo. Hacía siglos que no veíamos a Rober porque anda bastante desaparecido y enfadado con la empresa, ya que su servicios son externos y al parecer no le están pagando las facturas a tiempo (historias del día a día). Así que decidí apuntarme y nos fuimos al paseo a tomar unas cañas los tres. Fue un agradable reencuentro, me encanta estar con ellos dos como hace tiempo, como cuando éramos el trío más envidiado de la oficina.

Pero Míriam, que está enamoradísima aunque lo niegue de su nuevo "churri", como ella lo llama, se empeñó en irse a un local de monólogos en el que estaba el susodicho. Ni a Rober ni a mí nos apetecía el plan, así que allí la dejamos y tiramos hacia el centro, donde recogimos a un par de amigos de Rober y tiramos hacia la zona del festival.

Cuando llegamos se había acabado y comenzaba la gente a desperdigarse, así que pensamos en irnos a un garito a tomar algo. Justo cuando salía noté que alguien me agarraba por el codo, me giré y ¡sorpresa! Era David.

David es un chaval al que conocí hace algunos meses por pura casualidad. Salíamos Fanny y yo de una discoteca y de repente un chico joven la asaltó. Era un antiguo becario de su antiguo trabajo que al parecer la tenía en "gran estima", ya me entendéis. Con él iba David. Nos fuimos a una discoteca y el ex becario acaparó a Fanny de tal manera que... no me quedó más remedio que enrollarme con David... jajaja...

Después de eso nos vimos un par de veces más. La última, también por casualidad. Nos encontramos en una discoteca y nos fuimos a mi casa. Entonces habíamos quedado en que dos semanas después nos iríamos juntos al sur a un apartamento de sus padres. Pero, justo después de aquel encuentro yo perdí el móvil con su número de teléfono y él nunca llamó.

El jueves, pues, cuando nos vimos le reproché entre risas que no me hubiera llamado. Me dijo que él también había perdido el móvil y yo me lo creí. Luego me preguntó a dónde iba yo. Le dije que al Brujas y él me dijo que iba al Teentoo. Le pedí su móvil y quedé en llamarle.

Salí del lugar en busca de Rober y los otros, que se me habían escapado de la vista. Cuando los encontré me contaron que había un cambio de planes, que se iban a dormir que estaban cansados. A mí no me apetecía nada. Me contaron entonces que se habían encontrado con algunos de la oficina que iban a ir al Teentoo y ya que David me dijo que estaría allí les pedí que me acompañaran antes de irse.

Fuimos. ¿A quién me encontré nada más llegar? Pues sí, a TS con la rubita de las narices. Entré y pasé de largo junto a ellos. TS me agarró y me preguntó que a dónde iba. Le dije que estaba buscando a un amigo. Di una vuelta por la discoteca, pero no vi a David, así que salí por la otra puerta en la que estaba Rober esperándome.

Entonces me llamó Fanny que, a esas horas, la una y media de la madrugada, estaba saliendo de la oficina. Me dijo que tenía hambre, así que la fui a buscar y nos fuimos al bar de siempre, el único que a esas horas de la madrugada puede prepararnos una suculenta enchilada o una hamburguesa vegetariana.

Estando allí, le mandé un mensaje a David, suponiendo que lo vería por la mañana ya que me dijo que se lo había dejado en casa. "Estuve en el Teentoo y no te vi. Te llamo este finde que me apetece verte". Me contestó. "Estoy ahora en el Teentoo, ¿dónde estás?". "Ya en el Puerto, ¿no te habías dejado el móvil en casa?". "Te mentí". "Jajajaja, ya te vale. ¿Y qué vas a hacer?". Me llamó, que si quería irme con él a su súper chalet que estaba solo esa noche (vive con su anciana madre, según me ha dicho). Le dije que prefería que viniera él a casa porque al día siguiente tendría que trabajar a primera hora. Así que me quedé sin ver su chalet.

Estuvo bien el reencuentro con David, la verdad.

♠ Viernes, una noche Pi con reincidencia.

Lo del viernes fue más grave, tenso y erróneo. Era la noche del concierto en el Estadio. Como ya dije, esperaba ver al Turichuli en el concierto, que hacía mucho que no le veía. Y me daba cierto reparo verlo. Esa mezcla de gana y desgana, de apetencia y miedo... Y le vi. Cuando llegué con Fanny pensé que no lo vería, ya que esta vez decidió no poner zona vip, que era el lugar de encuentro de todos.

Llamamos a Susana, una amiga que hasta hace poco trabajaba en un departamento anexo al del Turichuli, y nos encontramos con ella, que estaba en la parte izquierda del Estadio. No veíamos a nadie, así que llamé a Rober que andaba por allí con su novia. Me dijo que estaba con Juan y otros de la oficina por la parte de la derecha. Así que hacía allí nos dirigimos. A Rober al final ni lo vi, pero sí me encontré con Juan, mi jefa y otros que, casualmente, estaban junto al Turichuli.

Dios, cuando lo vi. ¡Estaba guapísimo! Un magnífico y moderno corte de pelo y la gran idea de dejar la chaqueta y la corbata en el armario, sustituyéndolas por una moderna camisa de cuadros bastante justa, vaqueros y all-stars, le daban un aspecto totalmente diferente. Creo que me notó en la mirada mi asombro.

Al acabar el concierto quedamos todos en ir a la discoteca "de después de los conciertos", la zona de terrazas al aire libre. Yo bajé con Fanny y cuando llegué ya estaba allí Susana. Juan dijo que se uniría a nosotras enseguida y mientras iba de camino me llegó un mensaje de Mandy, otro compañero de trabajo, preguntándome que dónde andábamos y le contesté que íbamos de camino para allá. Poco después llegó el Turichuli con unos amigos.

En un momento dado me vi rodeada. El Turichuli por un lado, Juan por el otro y el tercero en la cabeza, TS, que encima mandó mensaje anunciando su llegada. "Estoy en un momento 3,14, me va a atrapar la hipotenusa" le dije a Fanny haicendo referencia a un gracioso microrrelato por el que ganó un premio hace poco. Nos reímos y luego se lo explicamos a Susana: "1. Juan, 2. Turichuli, 3. TS y 0,14 David y todos los demás". Volvimos a reirnos.

Estuvimos de cachondeo un rato las tres haciendo caso omiso a nuestros acompañantes. En un momento dado, mientras estábamos en la barra pidiendo una copa, vimos como Juan y Mandy salían del local. Salí detrás de ellos. "Ey, ¿os váis?". "Al de enfrente". "¿Y eso?". "Como estáis ahí conspirando os dejamos solas". Sólo contestaba Mandy, mientras Juan seguía andando todo tieso hacia el otro chiringuito.

Total, que me quedé con Fanny, Susana, el Turichuli y el acompañente de Susana. Fanny no tardó en irse porque estaba cansada y pocos minutos después Susana dijo que también se iban. "Yo también, que estoy cansado", dijo el Turichili y casi me se me desencaja la mandíbula del asombro. "¿Te vas?". "Sí, estoy cansado". "Pero no me dejen sola, por dios". Susana se reía. No sé si el Turichuli trataba de disimular que ha habido algo entre nosotros delante de Susana. Ni se imagina que ella lo sabe. O si en realidad quería irse de verdad. Al final dijo que me acompañaba al garito de enfrente a buscar a Mandy y Juan.

Cuando llegamos nos dijeron que TS acababa de ir a buscarnos. Le llamé al móvil pero no respondió. Luego Juan y Mandy fueron al baño y nos quedamos solos el Turichuli y yo. Y ahí llegó mi gran momento de cagada: "¿Nos vamos?". Risas. "Di, ¿nos vamos?". "Venga, vale, ¿dónde tienes el coche?". "En el aparcamiento". "Okay, ve por él y yo me reuno contigo en aquella esquina", dijo señalando el lado opuesto. Eso hice. Cuando se subió al coche comenzó a besarme, nos fuimos a mi casa y, bueno, ya sabéis lo que sigue.

¡Qué idiota soy! Volví a caer. No tenía que haberlo hecho. Justo en el momento en el que iba cruzando el umbral de mi apartamento ya me había arrepentido de mi elección de la noche. Entonces TS me mandó un mensaje. "DND?". "Tarde, ya en casa", contesté. Poco después me llamó también Juan y no respondí. Pero me estaba equivocando y lo sabía. El sexo con el Turichuli, si otras veces fue fantástico, esa noche fue frío y hasta aburrido. Quizás porque no paraba de pensar en que tenía que haber pasado de él e irme a casa con Juan como eran mis planes en un primer momento. Así al menos habría tenido asegurados unos brazos calientes a mi alrededor hasta medio día.

El Turichuli, como siempre, trató de irse sin que me enterara a primera hora de la mañana. Pero yo estaba despierta. La verdad, tendría que haber dejado que se fuera sin despedirse haciéndome la dormida. Sin embargo, me di la vuelta y lo miré cuando ya se había levantado y se ponía los pantalones con sigilo. Le acompañé a la puerta y le advertí de que tuviera ciudado con los vecinos, que son de la profesión y podían reconocerle. La cara se le quedó blanca. No lo comprobé, pero no me extrañaría que haya bajado las escaleras con la camisa cubriéndole la cara. Ese no vuelve. Seguro. Mejor así.

♠ Sábado de remordimientos y relax.

Después de que el Turichuli se fuera volví a meterme en la cama y dormí hasta mediodía. Cuando me levanté, mi estómago era un hervidero de nervios, dudas, miedos y remordimientos. Inmediatamente cogí el teléfono para llamar tanto a Juan como a TS. ¿Se habrían percatado de mi escapada con el Turichuli? A TS no le vi, pero no estoy segura de que él no me haya visto a mí y ya sospechaba que ha habido algo entre nosotros.

Ninguno de los dos me respondió a la primera. Pasado un rato me llamó Juan. Tenía voz de enfado. Le pedí disculpas por haberme desaparecido y traté de hacerle creer que había perdido de vista al Turichuli y me había quedado sola buscándoles y de que al no encontrarles decidí volverme a casa a pesar de que estaba muy borracha. Creo que tragó.

Luego llamó TS y le conté la misma historia. Le dije que había ido a buscarle a la terraza inicial pero que no le había visto y que me había ido. "Imagino que acompañada", me dijo. "Te aseguro que no", respondí. No insistió más. Me preguntó qué iba a hacer esa noche y le dije que no tenía planes. Quedó en llamar "si tengo algo que ofrecer", dijo. No lo hizo, por supuesto.

Con Juan había quedado para ir a una fiesta privada con un par de famosos a la que estábamos invitados, pero no me hacía demasiada ilusión. Le pregunté si iba a ir y me contestó que se pasaría después de cenar con unos amigos.

Al final, a media tarde, llamó Fanny. Le dije que se viniera a casa y pedí unas pizzas. Luego se subieron los vecinos del primero, los de la profesión, Erica y Tomás, y estuvimos charlando y tomando copas hasta bastante tarde. Juan llamó, que tenía problemas para entrar en la fiesta. Le di el teléfono del Turichuli y le dije que si quería venirse luego a casa que avisara. Tampoco llamó.

Fanny se fue sobre las tres y media y yo me fui a la cama resignada a dormir sola después de muchos días de locuras. Me puse a leer un rato para coger el sueño hasta que, sobre las cinco de la madrugada, me llegó un mensaje. "¿Qué haces?". Era David. "En casa, leyendo... Ya sé, es tarde para eso, pero no cojo el sueño. ¿Y tú que haces?", le contesté. "¿Te apetece tener visita?", me respondió. "¿Por qué no?", le puse. Media hora más tarde estaba en casa.

Hicimos el amor sólo una vez y nos quedamos dormidos. Luego, por la mañana, bueno, era cerca de mediodía, dijo que tenía que irse porque no había nadie en su casa para sacar a los perros. Hicimos el amor una vez más y luego se fue. Es agradable David, y sorprendente. Parece un tío tirado, sin muchas ambiciones o intereses en la vida. Sin embargo, tuvimos una conversación muy interesante sobre literatura que me sorprendió bastante. Pero bueno, es uno más, y yo una más para él.

Domingo de mente emponzoñada.

Después de que David se fue me quedé levantada leyendo. A las tres me hice algo de comer y seguí con mi libro. Poco después llamó Fanny para invitarme a comer. Le dije que ya lo había hecho y que me tenía que ir a la oficina porque había dejado temas sin terminar. Y eso hice. Sobre las seis y media había terminado y la llamé para ir al gin-tonic de los domintos en el paseo de la playa. Pero no quiso. Dijo que estaba viendo una película. Al llegar al bar del gin-tonic caí en la cuenta de por qué no quería ir. Suponía que iba a estar allí Igor, el hombre que la ha traído por el camino de la amargura durante meses (y de paso a mí, con lo pesadita que se ha puesto con el tema).

Igor es uno de los jefes de un departamento cercano al del Turichuli y una de las personas que más veo a diario por trabajo. También estaba mi ex compañero de sección, Fernando, su mujer, Jimena, y Fernandito Junior.

Me tomé dos gins mientras hablábamos de trabajo y de lo divino y lo humano. Y me fumé dos porros. A las nueve de la noche todos decidieron que era hora de irse. Y yo con mi pedo. Tenía un hambre brutal y no me tenía mucho en pie, pero había quedado en pasar por casa de Fanny a dejarle su móvil que se lo había dejado en la mía. Compré comida japonesa y una botella de vino blanco y me presenté en su piso.

Estaba de malas. No sé bien por qué... Cosas de Fanny. Pero se le fue pasando a medida que fuimos hablando y comiendo. Reconoció que le había gustado la comida que había elegido a pesar de que jura odiar los japoneses. Luego me quedé dormida en su sofá.

Hoy, aburrimiento, tensión y encefalograma plano.

Y hasta hoy, un día de trabajo metódico y cuidado. Hace una hora que terminé y aquí me he quedado escribiendo, por simple vicio. TS lleva todo el día super serio, dice que porque mañana se va su ex de la ciudad y ha quedado con ella para despedirse. Lo hace por compromiso y no le hace ninguna gracia. Juan ha hecho algún comentario por el skype gracioso. Sobre todo cuando me vio comiéndome un plátano. Pero poco más ha animado el día.

Ahora voy a bajarme un par de capítulos de mi serie favorita al pendrive y me iré a casa a descansar tranquilamente. Aunque también debería recogerla un poco, que aún están las latas de cerveza del sábado sobre la mesa del salón... y qué decir de las cajas que aún tengo por deshacer.

Buff, paso de estresarme.

Nos seguimos leyendo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
A eso se le llama un fin de semana movidito!! y mas si lo comparamos con el mio.. jeje un beso judy!!
Anónimo ha dicho que…
Joder judy,eso es un fin de semana y lo demás son tonterias!,yo al igual que tharsy,pues de lo mas normalito,aprovechando para limpiar,los niños ect.,para colmo mi marido trabajaba así que no he salido ni para tomarme una triste cerveza.Me alegro de que te lo pases tan bien,de todas formas,intenta(desde mi punto de vista,claro)conservar a Juan,para mi,es el chico adecuado,yo diria que entre todos,para mi gusto,es el perfecto.De todas formas,!ala,a descansar!.Un besito muy gordo,para tí y para Tharsy.Chao.
THARSY ha dicho que…
Pfff yo es que tengo ese fin de semana.... y aun estoy descansando.. ya toy mayó... que le vamos ha hacer, jeje pero vamos que añoro alguna que otra vez tenerlo..

Un beso grande Marad!! Judi toy flipandooo!! jajaja

Entradas populares de este blog

Cumpleaños

Mañana de cumpleaños. ¿Qué he hecho? Levantarme a toda prisa detrás de Juan. Preparar dos tazas de café. Poner al fuego unos macarrones para que se los llevara en un tapper. Desayunar con él… Parecemos una pareja y todo. Sin embargo, no lo somos. Sigue dejándome claro que yo no soy la mujer de su vida. Que no soy lo que busca. Y yo simplemente me aguanto y me conformo con tenerle al menos de momento. Anoche dormí fatal. Probablemente porque me fui a la cama cabreada después de que Juan reconociera que le gusta Nora. ¡Le gusta Nora! Siempre ha hablado bastante mal de ella, de su prepotencia, de su extrema independencia… Ahora me doy cuenta, era despecho. Dice que “Nora no es una opción”, pero yo sé que, si no lo es, es porque ella no quiere. Estoy empezando a cansarme de que me destroce la autoestima, de sentir que no soy suficiente para él. Me recuerda Alberto. O peor, incluso. No es sano que me levante así el día de mi cumpleaños, mirándome con lupa en el espejo y acongoján

Se busca

Se busca hombre de entre 29 y 35 años, no demasiado alto ni demasiado bajo, preferiblemente moreno, agraciado, ni muy gordo ni muy flaco, preferiblemente fibroso, inteligente, con estudios superiores terminados, al que le guste extremadamente el sexo pero sepa ser fiel, que ame la cocina, que le guste limpiar, que no le moleste que su pareja no lo haga, que le gusten los animales, especialmente los gatos, que no tenga pareja y que no tenga miedo a tenerla, para mantener relación estable con una pelirroja, pecosa, bajita, de complexión normal, desastre en el hogar, adicta al trabajo, con estudios superiores y alto nivel de inglés, extremadamente buena en la cama (aunque esté mal decirlo), que adora los gatos y no podría vivir sin el shushi. ¿Algún candidato? Así me va, ¿verdad? jajaja Saludos amigos.

La señal

No sé si el destino existe, ni si existen las señales o los avisos del destino. Pero si existen lo de esta noche, sin duda, lo ha sido. Una señal enorme con luces de neón que reza en grande un mensaje muy claro: PARA. Primero, la romería, y aquel sentimiento de inferioridad, de verme en un lugar en el que no pinto nada y en el que no me apetece estar, con la única cosa en la cabeza de: “en cuanto esto acabe llamo a TS”. Luego su indiferencia al teléfono. Luego, el sentimiento de soledad y de “¿qué hago yo aquí?”. Y cogí el coche, con todo lo que había bebido, y me volví a la ciudad. Pero, en vez de irme a casa a dormir y olvidar, que es siempre la mejor terapia, decidí salir. Y decidí hacerlo con Eusebio y su mujer. Y ya sabía desde que iba saliendo que iba a volver a caer en el desastre. Y lo hice. Me tomé la primera raya de coca. Y ya sabía que esta vez no iba a ser como las caídas anteriores. Lo sabía y aún así no paré. Sabía que esta vez no iba a ser una y me olvidar