Al final ayer estuve a punto de ir a tomarme esa cerveza con Nora y TS. Cuando vi que Nora se iba, le pregunté si iba a tomarse algo y me contestó que sí, que me avisaba dónde. Al rato lo hizo, una terraza en el paseo marítimo. Cuando acabé me fui andando con mi compañero de sección que iba en aquella dirección. Por cierto, que Aitor, mi compañero de sección, es el compañero de piso de la rubita con ojos azules e íntimo amigo de Charly, el mejor amigo de TS. Aquí todos estamos relacionados...
Cuando iba de camino un pensamiento me cruzó la cabeza, "¿estará ella?". Y llamé. Primero a TS, que no lo cogió. Luego a Nora. "¡Ey, Judi, ¿te vienes?". "Iba de camin, pero ¿con quién estáis?. "Pues está TS, Charly, la rubita de ojos azules y más peña". "Aum. Pues no sé, creo que me voy a casa, tía, estoy cansada". Y pasé de ir. Menos mal que llamé, la verdad.
Así que, me di media vuelta y regresé hacia la oficina. No sabía muy bien qué hacer. Lo último que me apetecía era irme a casa. Pero Rober está desaparecido, Miriam se había ido a su pueblo y, mis colegas de siempre, Fanny y Suso, están fuera de la ciudad por trabajo y vacaciones.
Mi única opción: Juan. Le llamé. Le quedaba aún un poco para terminar, así que me vine a la oficina a descargarme los últimos capítulos de mi serie favorita en lo que él terminaba y nos fuimos a cenar a mi restaurante favorito. Qué maravilla la concina de ese lugar. Una botella de vino, dos copazos invitación de la casa y... ¿cómo no? Nos fuimos a mi casa a estrenar mi nueva cama.
Es agradable Juan. No da quebraderos de cabeza, hace el amor como a mí me gusta, no me agobia pero tampoco me hace sentir ignorada. Quizás la medida justa para no engancharme y tampoco pasar de él.
Cuando iba de camino un pensamiento me cruzó la cabeza, "¿estará ella?". Y llamé. Primero a TS, que no lo cogió. Luego a Nora. "¡Ey, Judi, ¿te vienes?". "Iba de camin, pero ¿con quién estáis?. "Pues está TS, Charly, la rubita de ojos azules y más peña". "Aum. Pues no sé, creo que me voy a casa, tía, estoy cansada". Y pasé de ir. Menos mal que llamé, la verdad.
Así que, me di media vuelta y regresé hacia la oficina. No sabía muy bien qué hacer. Lo último que me apetecía era irme a casa. Pero Rober está desaparecido, Miriam se había ido a su pueblo y, mis colegas de siempre, Fanny y Suso, están fuera de la ciudad por trabajo y vacaciones.
Mi única opción: Juan. Le llamé. Le quedaba aún un poco para terminar, así que me vine a la oficina a descargarme los últimos capítulos de mi serie favorita en lo que él terminaba y nos fuimos a cenar a mi restaurante favorito. Qué maravilla la concina de ese lugar. Una botella de vino, dos copazos invitación de la casa y... ¿cómo no? Nos fuimos a mi casa a estrenar mi nueva cama.
Es agradable Juan. No da quebraderos de cabeza, hace el amor como a mí me gusta, no me agobia pero tampoco me hace sentir ignorada. Quizás la medida justa para no engancharme y tampoco pasar de él.
Comentarios
Un beso grande Judi y otro pa ti Marad