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El agridulce del día a día

Ya estoy de vuelta. De nuevo en esta ciudad grande, caótica y nocturna que tanto he aprendido a amar. Estoy de vuelta y con nueva casa. Señor, lo que cuestan las mudanzas. ¿Y cómo me encuentro? Pues, según. A día 2 de mes no he cobrado. No me va a dar el sueldo para irme de vacaciones este mes a ninguna parte. Estoy muy enfadada con la empresa por esto del cobro y mi jefe se hace el tonto. En definitiva, los agobios económicos no me dejan disfrutar del resto de mi vida.

¿Y qué es el resto de mi vida? Pues, por pensar en positivo, mi nueva y maravillosa casa, que aún no tiene camas y a la que le faltan muchos detalles, pero con la que estoy muy entusiasmada. O mis vacaciones a partir del día 15, durante las que me gustaría aprovechar para ir a ver a mi madre y a mis amigos de siempre, relajarme y disfrutar de mi tierra.

Pero también está mi soledad, ésa que se me clava con tristeza en el estómago de cuando en cuando. Le rehuyo, trato de no mirarla a los ojos, pero siempre está al acecho. Y no puedo evitar acordarme de ella cuando me doy cuenta que tan sólo dos amigos se han dignado en momentos puntuales a echarme una mano con la mudanza, y que entre ellos no se encuentra Fanny, ella que tanto exige de mí. O cuando miro a TS, ahora sentado frente a mí en la oficina, tan serio, tan distante, tanto como yo misma, con esa frialdad que ya suponía que se iba a instalar entre nosotros a mi regreso. Una frialdad que se hace aún más insoportable cuando me reconozco a mí misma que lo encuentro más atractivo que nunca...

En fin, la vida, una de cal y una de arena. El agridulce del día a día. Sin más, como suele decir él.

Nos leemos, amigos.

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Se busca

Se busca hombre de entre 29 y 35 años, no demasiado alto ni demasiado bajo, preferiblemente moreno, agraciado, ni muy gordo ni muy flaco, preferiblemente fibroso, inteligente, con estudios superiores terminados, al que le guste extremadamente el sexo pero sepa ser fiel, que ame la cocina, que le guste limpiar, que no le moleste que su pareja no lo haga, que le gusten los animales, especialmente los gatos, que no tenga pareja y que no tenga miedo a tenerla, para mantener relación estable con una pelirroja, pecosa, bajita, de complexión normal, desastre en el hogar, adicta al trabajo, con estudios superiores y alto nivel de inglés, extremadamente buena en la cama (aunque esté mal decirlo), que adora los gatos y no podría vivir sin el shushi. ¿Algún candidato? Así me va, ¿verdad? jajaja Saludos amigos.

Incomunicación

Anoche no llamó. Y hoy, a penas nos ha dado tiempo de darnos un beso en la mejilla. Ni siquiera ha encendido el Skype. Está ahí colgado del teléfono y es imposible hablar con él. Y yo me tengo que ir enseguida. Me va a tocar irme al aeropuerto por el asunto del accidente. Y, por lo tanto, no me va a dar tiempo de ir al supermercado a comprar las cosas para la cena de esta noche... Dios... ¡Qué mal está empezando el día!

La incertidumbre...

¿Síntomas de embarazo? Aumento de tamaño mamario - Sí. Y me duelen los pezones cuando me rozo con algo. Cansancio y sueño - Sí. Aunque también es verdad que duermo poco... Pequeño sangrado vaginal - No, eso no. Náuseas y vómitos - No. Pero yo rara vez he vomitado en mi vida... Mayor percepción de olores - Uff, sí. Y tanto... Los últimos días cuando he llegado a la oficina he tenido que cerrar la ventana porque el olor de la comida de los vecinos (que siempre se nota en ese zulo que tengo por oficina) me estaba provocando un asco increíble. Cuando lo comenté, los compañeros me miraron con cara de loca... Apetencia o repulsión de ciertos alimentos - Sí. Sobre todo repulsión. Casi todo lo que me ofrecen o veo para comer, me da asco... Disminución de la tensión arterial - Creo que sí. Cuando se me baja la tensión suelo ver puntitos de colores por todos lados y ya me ha pasado dos veces esta semana. Mareos y desmayos - Sí, dos o tres veces al día me mareo. Desmayos no. Aumento de la