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Un día excitante

Dije que no iba a salir y no lo he hecho. Al menos por la noche. Pero eso no quita para que siga introduciendo locuras a mi vida. Lo de hoy, sin embargo, ha estado bien a pesar de ser una de las locuras más grandes que he hecho nunca.

¡Me he acostado con un compañero de trabajo en la oficina!

Llevábamos un par de meses de tira y afloja. De hecho ya habíamos tenido un encuentro fugaz una noche en mi casa. Pero los dos preferimos olvidarlo por ser compañeros de trabajo y todo eso. Sin embargo, la tensión ha permanecido y quizás se ha ido haciendo más fuerte. Y esta mañana estalló.

Yo había ido temprano a cerrar temas del fin de semana que había dejado abiertos. Quise ir temprano para luego irme a la playa. Él me dijo que también iría pronto. Llegó como a las doce, con un par de cafés y ya empezamos a hacer el tonto. Que si estás muy cerca, que si esa falda. Y bueno, acabó la cosa como tenía que acabar.

¡Menos mal que no llegó nadie!

Pero fue tan excitante...

Hasta me he olvidado totalmente del Turichuli. Creo que me ha sentado bien este fin de semana. Mucha playa, mucho leer, buenos amigos, mucho sol y un buen revolcón... ¿Qué más se puede pedir?

¿Qué va a pasar ahora? La verdad es que no lo sé. Creo tener bastante claro que lo que ha ocurrido con T.S. (llamémosle así) no irá más allá de una relación puramente sexual. Con algo de amistad quizás. Pero sólo eso. Mi atracción por él se reduce a la cercanía del trabajo diario. Sin embargo, ojalá se repita. Estaría muy bien regresar a aquella época mía en Madrid en la que tenía unos cuantos amigos con los que descargar las tensiones sin comederas de cabeza ni malos entendidos. Estaría realmente bien.

Creo que él lo entiende igual que yo. Sólo espero que ambos sepamos que el otro piensa igual y que seamos capaces de mantener el compañerismo y la amistad. Sólo el tiempo lo sabe.

Mañana más.

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